Altura y sabor: cómo la elevación transforma el café que amamos
8/31/20251 min read
Cuando vas a más de 1.300 metros sobre el nivel del mar, la magia comienza. Las temperaturas más frescas ralentizan la maduración del grano, intensificando sus sabores y generando complejidad —agrícolas como frutas, flores o notas cítricas— especialmente cuando se comparan con cafés de altitudes más bajas.
Colombia, con muchas de sus zonas cafeteras entre los 1.200 y 1.800 metros, alcanza el equilibrio ideal: altitud suficiente para desarrollar sabores elegantes, sin exponer al grano al riesgo de heladas
Ejemplos:
En Cauca, la combinación de clima y altitud da como resultado un café de acidez alta pero balanceada, cuerpo medio y notas florales o dulces.
En Huila, se distingue por su aroma intenso, cuerpo medio-alto y notas frutales y de caramelo.
La altura es como ese coach silencioso, que empuja al grano a dar lo mejor de sí sin que te des cuenta.